La iglesia de La Candelaria se llena en la lectura del pregón de las fiestas patronales de Tías

PregónEl Rancho de Pascua, pregoneros de las fiestas de La Candelaria y san Blas, resaltan aspectos históricos que unen la celebración de la Candelaria con la presencia del Rancho

El municipio de Tías se encuentra en fiestas. Desde este pasado fin de semana se están desarrollando la programación por las fiestas patronales en honor a la Virgen de La Candelaria y San Blas. En la noche de este sábado la iglesia de La Candelaria se llenó de público que acudió a la lectura del pregón a cargo de los integrantes del Rancho de Pascua de Tías.

Según se reseño por los integrantes del Rancho de Tías “Cuentan los más sabios, que desde el mes de agosto, una serie de personas se reunían para seguir con una costumbre ancestral que pervive en el tiempo: arenar las espadas, poner a remojo el pito, afinar los instrumentos y amarrarse las castañuelas. En el pueblo de Tías de aquel tiempo, se formaban distintos ranchos de Pascua y su único sentido era transmitir y anunciar el Nacimiento de Jesús, como lo hicieron aquellos primeros pastores que compartieron con los demás el misterio del Nacimiento del Mesías.

Las veces en que el rancho cantaba en la Iglesia eran concretas: las misas de luz (que sucedían desde el 13 de diciembre hasta el 23), el 24 de diciembre (Nochebuena), el día de los Santos Inocentes, el día de Año Nuevo, el día de Reyes y La Candelaria.

Durante las misas de luz, hacían ritos con canciones, bailes y ofrecían animales al Niño Dios, que colocaban en una cesta de palma con paja en el centro del Altar Mayor. Estas celebraciones empezaban el día 13 de diciembre, día de Santa Lucía, con las nueve misas de luz, que se hacían de madrugada, saliendo de la iglesia al mismo tiempo que salía el Sol. Durante esas misas se colocaba la imagen del Niño en el Centro del Altar Mayor y al final, bajaba el rancho del Coro para hacer el baile del niño, con las ofrendas, recitando versos y cantando”, destacaron en un acto seguido por mucho público que llenó la iglesia de La Candelaria.

Resumen del pregón

“ Según algunas investigaciones, el rancho participó directamente en las misas de la Candelaria. Y aunque actualmente, el rancho culmina sus actuaciones en el día de Reyes, cada uno pone su granito de arena para que las fiestas sigan siendo motivo para la reunión de los vecinos del pueblo. Algunos han sido y son: Juan Martín (el padre de Lázaro) que tocaba el órgano en las misas, Benigno que le sustituyó y, que además tocaba en la banda municipal, Nito que sigue cantando en el coro de la misa junto con Lázaro, que siempre ha estado cuidando de la iglesia…

Cada uno de nosotros ha hecho acto de presencia en las fiestas de una forma u otra: Faustino y todos los que alguna vez lucharon en el terrero de Tías Ulpiano Rodríguez Pérez, Domingo, Monso y todos los que han participado en la fritura de las fiestas y, por si no fuera poco, ¿Quién no ha participado en los torneos de envite, las carreras populares, los festivales del Pavón, que antiguamente se hacían en febrero, las verbenas, las funciones, etc.

El recuerdo de las vivencias en esas fiestas hace del esfuerzo de cada año una obligación para que nuestros predecesores puedan seguir con nuestras costumbres, ya que no se trata de una herencia que nosotros dejamos a nuestros hijos sino un préstamo que nuestros hijos nos han hecho a nosotros. Y aunque no se nombre a otras personas por cuestiones de tiempo, queremos reconocer el mérito de la colaboración de todas y cada una de ellas, ya que si no fuera así, el rancho no habría sido lo mismo y no tendría el mismo valor histórico.

Para finalizar, debemos agradecer a todas las personas e instituciones que han asistido que nos hayan dejado la oportunidad de recordar nuestras vivencias junto con los seres queridos y ¿por qué no? Recalcar nuestra aportación a las fiestas, que a partir de ahora ha quedado forjada en la historia de nuestro municipio, de nuestro pueblo, de nuestras queridísimas fiestas de la Candelaria y San Blas. ¡Viva la Candelaria! ”

Tras la lectura del pregón se ofreció un pequeño concierto de música clásica.